Para mi expresan el exquisito silencio de ser. La perpetua alegría de ser. Cada uno de nosotros un agave de fuego: antenas cósmicas en la increíble noche eterna del desierto; antenas escuchando el sonido de Lo Real en el exquisito silencio de ser. Si… eso es…. eso somos. Aunque hagamos mucho ruido, aunque no paremos de hacer ruido, hay algún lugar adentro nuestro con el que tal vez ni siquiera conectemos (o conectemos solo cuando dormimos) pero que ahí está. Ese lugar es más yo, más nosotros, que nosotros mismos. Ese lugar es silencio, ese lugar es conciencia. pura. Y va a seguir ahí cuando mueran cuerpo e identidad. Cuando muera lo que creíamos ser ese lugar va a permanecer. Pero claro, va a ser conciencia pura (aquello que nunca dejó de ser, ni por un solo instante) y si no habitamos esa conciencia pura en vida, lo más probable es que después no estemos ahí para atestiguarla ❤️

Pronto Aprender a Morir, una experiencia para habitar esa conciencia